Japón no descarta unirse al banco chino y aportar US$ 1.500 millones
Desde que Xi Jingping anunciara la creación del AIIB , el Ejecutivo nipón ha insistido en decir que desconfía de los mecanismos de la entidad, tildándola de opaca.
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Tokio no descarta unirse al banco multilateral de desarrollo abanderado por Pekín y contempla la posibilidad de aportar unos US$ 1.500 millones para su capitalización inicial, según refleja un borrador del Gobierno nipón.
El documento, cuyo contenido adelantaron hoy medios japoneses, subraya sin embargo las dudas del Gobierno nipón sobre si dicha contribución -que sería la segunda mayor después de la de Pekín- al Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB) garantizaría a Tokio una influencia equiparable dentro de la entidad.
Desde que el presidente chino, Xi Jingping, anunciara la creación del AIIB el pasado octubre, el Ejecutivo nipón ha insistido en decir que desconfía de los mecanismos de la entidad, tildándola de opaca.
El Ejecutivo japonés descartó en principio la idea de adherirse y China cerró el pasado 31 de marzo el plazo para admitir a Estados que quieran ser miembros fundadores del banco.
El nuevo banco de desarrollo impulsado por China se plantea como una alternativa que amenaza con reducir la excesiva influencia que tienen EE.UU. y Japón en el grupo del Banco Mundial (BM) y el Banco Asiático de Desarrollo (BAD).
La hipotética aportación japonesa se ha calculado a partir del supuesto de que una quinta parte de los 50.000 millones de capitalización inicial deberán ser financiados por miembros, explica el documento.
En este caso, los US$ 1.500 millones se han estimado con base en el producto interior bruto nominal de todos los participantes potenciales de la entidad y también en que las economías asiáticas supuestamente aportarían en torno al 75% de este capital.
El documento señala que unirse al AIIB tendría como aspecto positivo para Tokio la mejora potencial de los lazos entre Japón y China, al tiempo que perjudicaría la relación con Estados Unidos.
También señala como punto negativo el "legitimizar" una herramienta creada por Pekín para ampliar su esfera de influencia en el sureste asiático.
El texto explica que, en todo caso, Tokio, en coordinación con Washington, seguirá instando "desde los márgenes" a China a que garantice una gestión y un gobierno transparentes para el AIIB.
Al mismo tiempo no descarta participar en las negociaciones para redactar los artículos fundacionales de la entidad o sus normativas básicas de gobierno.
China tiene previsto confirmar el próximo 15 de abril al medio centenar de miembros fundacionales y espera haber acordado con ellos los artículos constitutivos del AIIB para finales de junio.